Sólo me miró...
Mi padre, en la época que yo fui adolescente, no solía meterse en cuestiones de ropas, ni de horarios, etc.; sabía que mi madre era la que los dictaba y si tenía alguna queja, nos la hacía llegar a través de ella. Una tarde de verano del año 70 o 71, íbamos subiendo las escaleras de mi casa. Él venía detrás de mí y me sorprendí mucho cuando me dijo: -"¿No te parece que esa falda es muy corta...?" Ya no me la puse más delante de él ¡qué vergüenza me dio!
Y la segunda fue cuando Jose y yo decidimos casarnos. Había terminado la carrera, empecé a trabajar y nos entró una bulla tremenda hasta tal punto que el día 29-9-74, cuando cumplía los 21 y por tanto, la mayoría de edad, decidimos que nos casábamos el 28 de diciembre ¡sólo tres meses y sin nada! Así que decidimos decirlo cada uno en su casa ¡qué tarde más mala pasé! El comentario general fue que por qué no esperábamos un tiempo, que era muy precipitado...Al día siguiente mi madre me comentó que él había preguntado: -"¿No será qué...? Y le respondí: -"Dile a papá que no se preocupe, que lo único que queremos es vivir juntos porque ya hemos llegado a un punto que, o nos casamos, o lo dejamos..." Daniel llegó a los 11 meses, fue su primer nieto y quién le ha dado la alegría de ver a su primera biznieta. Y algún día contaré la especial sensación que sentí cuando salí de mi casa, vestida de novia cogida del brazo de mi padre. Pero eso es otra historia
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