miércoles, 6 de junio de 2007

La feria de las vanidades

Querido padre:

Ante mí tengo el diario donde aparece tu esquela. Merece la pena que te ponga al corriente al respecto de ella, ya que estoy convencido que compartimos, al igual que en tantas cosas, el mismo punto de vista.

Tengo el diario abierto a doble página y paso a describirte lo que observo. Verás:

Una de las páginas está ocupada en su mitad por una gran esquela. En la otra se reparten el espacio varias de ellas, entre las que se encuentra la tuya. Este espacio, como ya habrás adivinado, no se encuentra repartido por igual y la expresión "antes muerta que sencilla" cobra aquí un sentido entre macabro y jocoso: "muertos, pero no sencillos". O sea, vanidad de vanidades, todo es vanidad.

A lo largo de tu vida te han sobrado ocasiones para satisfacer no sólo la necesaria cuota de vanidad personal, sino para haber corrido el riesgo de atragantarte con ella. Sin embargo jamás has prestado demasiada atención al halago y la sencillez de tus actos ha sido siempre inversamente proporcional a la grandeza de los mismos.

Así que sin pretenderlo, por puro azar de las leyes de mercado, tu esquela viene a reflejar lo que ha sido tu vida: discreción y sencillez. Todos los espacios repartidos en tu página son, como mínimo, el doble del que tú ocupas. Estás abajo y a la izquierda, tal como te habría gustado de haberlo tenido que decidir.

En esta feria de las vanidades -más propia de los que se quedan, que de los que se van- aún no me he referido a la esquela que por sí sola invade la mitad de la página opuesta. El espacio que domina es como 15 veces más grande que el ocupado por la tuya. ¿Qué te parece? Adivino tu sonrisa. La muerte socializa a todos por igual, pero aquí en la vida se siguen bendiciendo las apariencias.

Y queda lo más gracioso, padre. El contenido, el número de palabras que se emplean en todas las esquelas es similar. ¡La única diferencia está en el tamaño de las letras! De tal manera que en todas ellas el nombre de la persona fallecida hay que leerlo en dos líneas. Bueno, en todas no. Hay una excepción en la que puede leerse en una sola línea, y de manera diáfana, un nombre: Rafael Melgar Sánchez.


2 comentarios:

patillas dijo...

Es cierto, fue una sensación rara, comprar el periódico, buscar la página y encontrar la esquela, ahí, tan pequeña en comparación con las otras.

Supongo que la primera impresión fue de rabia,sinceramente, de intentar comprender que habían hecho los demás, más que mi abuelo, para aparecer en un lugar más privilegiado. Debí de poner mala cara, porque M.Carmen se me quedó mirando, luego dejé de darle importancia, sonreí, cerré el periódico y me senté delante del ordenador.

Su foto, en internet,cientos de comentarios sobre él,un blog... quien se lo hubiera dicho cuando soldó su primer cable. Y entonces lo entendí todo:

Mi Awelo protagonista, para los que tienen que serlo, para todos nosotros, para quienes lo vivimos, para quienes lo disfrutamos,para los que él siempre ha querido serlo y para los que siempre le recordaremos.

Mi Awelo, GRANDE como siempre y para siempre.

@kme dijo...

No te quepa la menor duda que a él le hubiese divertido la situación y habría aprobado "su posición".

Sería bastante irónico que una persona que ha tenido tantas posibilidades en vida, tanto por su trabajo como por su familia, para sentirse vanidoso, tuviera que esperar a su muerte para participar de esa feria.

¿Crees que hubiera aprobado que se hubiera publicado una esquela a página entera? Yo estoy convencido de que no.

PD: hilando más fino, Adri me hace la obervación de que, además, es el único que no tiene la cruz sobre su nombre. Lo dicho, creo que se sentiría satisfecho.