lunes, 28 de mayo de 2007

Risas, lágrimas y recuerdos...

Foro del sitio @kme

- @kme - 28/05/2007 15:42

El sábado estuvimos buena parte de la tarde con él. ¿Os acordáis de lo que leímos, justo antes de que nos fuéramos? Os lo voy a recordar:

“Las relaciones sexuales entre gente mayor pueden pasar por situaciones molestas o de cómica indolencia, pero también poseen una ternura que suele escapársele a los jóvenes. Pueden tenerse lo pechos caídos, o la picha pendulona, pero la piel sigue siendo piel, y cuando alguien que te gusta te acaricia, te abraza o te besa en la boca, te sigues derritiendo de la misma manera que cuando creías que ibas a vivir eternamente”.

¿Recordáis como se reía? ¿Recordáis cómo disfrutaba de esos momentos con su irreverente familia?

Pocas horas después, nos dejó. Y con su muerte, se nos fue un universo entero. No sufrió, y el siguiente rostro que yo vi, después de las risas de la tarde, reflejaba la serenidad de la paz y la felicidad con la que siempre vivió. Por eso, aquellos que aquí quedamos, no nos entristecemos tanto por él, sino por nosotros mismos. Era una persona cardinal en nuestra existencia. Su vida era una luz que alumbraba la nuestra. Le amábamos y él nos amaba; de repente, es como si sintiéramos menos amor y nos sintiéramos menos amados. Era un sol para nosotros, pero sus rayos ya no podrán calentarnos directamente. Echamos de menos algo que no puede ser restituido ya que lo que se ha perdido no es sólo la persona, sino nuestra relación con él. Y buena parte de lo que somos no es sino el reflejo de lo que en él percibíamos. -“Piensa en mí, luego existo”-. Él pensaba constantemente en su familia y nuestra existencia era parte de ese pensamiento. Cuando nos ha dejado, además de a la persona, perdemos esa parte que pensaba en nosotros. Nos sentimos como perdidos y algo reducidos por su ausencia. No tenemos la conexión emocional inmediata.

Sin embargo -y es importante que nunca lo olvidemos-, jamás perderemos su recuerdo y su ejemplo. Así pues, lo que ahora debemos hacer, lo que necesitamos hacer, es dejarle marchar, buscar consuelo entre nosotros u nuestros seres queridos y convertir estos recuerdos en un gran y hermoso tesoro.

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