domingo, 27 de mayo de 2007

Currito y el Moro de la Obra

Foro Niñ@s de Villajovita

- Milan - 27/05/2007 21:42

"En el llano de Mariquita, el que hubo frente al Escalón de Mané, construyeron en los primeros años de la década un grupo escolar con dos edificios que la gente denominó las microescuelas. Al pobre moro de esta obra los niños malos (y conste que servidor sabe quiénes eran los niños malos, pero se lo calla) le rompieron el cernidor, esa especie de rectángulo de madera con una tela metálica para tamizar la arena. La bronca que recibiría el hombre al día siguiente sería buena. Y el pobre Aquilino Melgar Sánchez, al que algunos malvados decían chumbito, se llevó las culpas y algún que otro empujón del atribulado guarda. Entre otras cosas porque los demás niños que estaban con él en el Escalón de Mané salieron corriendo y dejaron a chumbito sólo ante el enfadadísimo moro de la obra. El hombre lo trincó, y lo llevaba al lugar de los hechos para que viera el estropicio que habían hecho, cuando su hermana Maribel –que se asustaba muchísimo con las travesuras de Aquilinín, que hasta se le descomponía la tripa cada vez que se perdía– se puso a llorar y a decir que estaban matando a su hermano. Con los gritos, Rafael (al que todos llamaban Currito), el padre del niño, que dormía la siesta, se despertó muy confuso y tal y como estaba, en calzoncillos, se fue hacia el guarda y le rompió la nariz de un puñetazo.

Cosas como esas eran inusuales. Si al salir de la escuela se formaban corros para animar las peleas que se formaban, lo de Currito y el moro de la obra debió estar en las conversaciones durante muchos días. Pues con su nariz rota, y apoyado por una vecina que le decían la de la cara manchá, el hombre denunció al padre de Aquilino. Se celebró el juicio y condenaron a Currito a pagar la multa correspondiente y a cumplir varios días de arresto domiciliario.

Chumbito lleva 40 años asegurando que no participó en la fechoría, pero él se quedó con la tarascada del moro de la obra, éste con su nariz rota y Currito condenado judicialmente"

Crónicas de Villajovita, pág. 131.


- Milan - 27/05/2007 21:45

...perdón. Currito es mucho más que esta anécdota. No ha sido oportuno dejarla ahora. Perdón.

- Maribel - 28/05/2007 06:38

Es un pequeño homenaje a alguien que forma parte de nuestras crónicas. Me he despertado a eso de las cinco y medía totalmente rota, he encendido el ordenador y me he puesto a ver fotos, cantidades enormes de fotos donde sale mi padre, y he leído vuestros mensajes, y un correo que me ha enviado Loli y con la que me he desahogado tan temprano...A mi padre esto nuestro le ha fascinado desde el principio, le gustaba que le habláramos de los encuentros, de la gente...era feliz cuando le decíamos "Este fin de semana nos vamos a Ceuta, o al Puerto...o a Jimena con "el senador" (¡anda que no se sentía él orgulloso de que sus hijos tuviesen como amigo a todo un senador, del PSOE, nada menos...!) Lo vamos a echar mucho de menos. Lo llenaba todo.

- Amador - 28/05/2007 13:36

Al venir de Ceuta y pasarme por este aparato me encuentro con la triste noticia... Lo siento, como si fuera mi padre...lo siento, no puedo seguir. Adiós y…

- Aquilino - 28/05/2007 20:39

En algún momento de la tarde, me he planteado la posibilidad de borrar tu entrada pensando en lo mal que lo podrías estar pasando al creer que había sido inoportuna. En lugar de hacerlo, me decido a expresarte que estés tranquilo. Como te decía mi hermana es un pequeño homenaje a través de una anécdota que le gustaba recordar a pesar de su aparente carga de agresividad.

Como bien dices, mi padre era mucho más que esa anécdota, pero esa anécdota es parte de mi padre. No te quepa la menor duda. Jamás fue una persona agresiva y su tolerancia se ampliaba con el paso de los años a unos niveles admirables, asumiendo cosas que me parecían sorprendentes.

No sé si alguna vez se arrepintió de las consecuencias del hecho, tanto para él como para el moro de la obra, pero estoy convencido de que nunca se sintió errado en la defensa de su familia y esa esencia sí que ha sabido transmitirla a sus hijos.

Insisto Milan. No hay nada, ni en el contenido ni mucho menos en la intención, que necesite de ninguna disculpa.


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