jueves, 31 de enero de 2008

Mi Querido Padre


Hola padre, esta vez no escribo para nada en concreto ya que creo que únicamente necesito desahogarme. Hoy al igual que cada día que pasa me toca asumir nuevas responsabilidades. Antes intentaba ayudar en lo que podía en esta nuestra casa, ahora me estoy convirtiendo en el responsable de levantarla y con ello toda esa responsabilidad que de joven no se ve. El ejemplo lo tengo hoy cuando me han llamado para ver que ocurría con unos pagos de los cuales tu te hacías responsable en su momento y que ahora han quedado atrasados, a lo cual directamente he dicho sin pensar que todo ello y lo que viniese después se pasase toda a mi cuenta personal librando así un peso mas a esta casa y asumiéndolo yo. Ahora empiezo a entender ciertas cosas que no se veían a simple vista sobre una casa. Las facturas de luz, comunidad y los simples gastos de diario de los que antes no me percataba son ahora un peso de la casa que caen sobre mi con orgullo. Ahora estoy mas cerca de ti que nunca ya que en mi quedo una parte inmensa tuya y no es tu alma si no lo que has dejado en mi durante toda tu vida, un resto de tu persona que es que hace que sea mejor persona y madure mas rápido de lo que ya lo estaba haciendo por las circunstancias. Se que mama se siente mal y le duele tener que pedirme cosas que ella siempre ha remediado ella sola pero creo que ya era hora de que diera un giro esta vida. Pase lo que pase sé que tengo a nuestra familia pendiente de mi y no me dejaran andar solo.

Te quiero y te hecho de menos.

martes, 1 de enero de 2008

Año Nuevo

Anoche cumplimos en familia el ritual de despedida del 2007 y la bienvenida del 2008. Uvas, tímidos aplausos, besos y abrazos sinceros y emoción peor o mejor contenida por tu ausencia. No hubo brindis. Nadie dijo que no lo hubiera, pero nadie lo pidió. Bueno, sí, Pablo llego a decir que espera al brindis para marcharse. Pero no hubo tal de manera explícita. Sí que lo hubo en mi ánimo y en el de todos.

Un brindis por ti, padre; en tu memoria; en tu recuerdo y por la perduración de tu ejemplo. Y un brindis por madre, por su presencia, por su dignidad, por su salud y también el ejemplo que aún sigue ofreciendo.

Un brindis por tu familia, padre.